Mensajes de diversas orígenes

 

sábado, 20 de julio de 2024

Haz oír tu súplica, tu oración, reza a Dios, pero debe ser una oración masiva

Mensaje de la Inmaculada Madre María a Angélica en Vicenza, Italia, el 19 de julio de 2024

 

Queridos hijos, la Inmaculada Madre María, Madre de todos los Pueblos, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, Reina de los Ángeles, Rescatadora de los Pecadores y Madre Misericordiosa de todos los hijos de la tierra, he aquí, hijos, también hoy Ella viene a vosotros para amaros y bendeciros.

Hijos míos, vengo a vosotros para deciros que es el momento oportuno de buscarse y hacer unión de hermandad, es el momento oportuno de comprender lo que está ocurriendo en esta tierra; hay conflictos interminables, muertes inoportunas, por todas partes miráis hay destrucción y ¡os calláis!

No, hijos míos, esto no es lo que Dios desea de vosotros, ¡Dios quiere que participéis en lo terrenal! Haced oír vuestra súplica, vuestra oración, rezad a Dios, pero debe ser una oración en masa, porque para aquellos, y me refiero a los belicistas que aumentan cada vez más, al oír vuestras oraciones y ver vuestra unión, ¡se desarmará!

Hijos míos, ya veis, los llamados poderosos están en manos de Satanás, ¡cuando ven a los pueblos alejados se hacen más fuertes! Sólo vosotros podéis aniquilar esa fuerza y quitarles el poder, porque, si se llaman poderosos, es por vosotros; no debéis estar en un bando ni en otro, debéis estar con Dios y en paz, ¡nadie se atreve a destruir lo que Dios ha creado y nadie se atreve a quitar la vida a los que Dios se la ha dado!

Hijos míos, en este tiempo, en la tierra estáis distraídos, es vuestro tiempo de descanso, y precisamente en este tiempo el tiempo no es vuestro enemigo para buscar a Dios. Cada uno buscadle a su manera, hacedlo con el corazón bien abierto, estad atentos y diligentes para escuchar lo que Dios os dice. Recordad que Dios no deja ningún corazón sin Sus palabras y Su inconmensurable misericordia.

¡Haced esto y vuestros rostros tendrán la semejanza de Dios!

Alabad al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Hijos, la Madre María os ha visto a todos y os ha amado a todos desde lo más profundo de Su Corazón.

Os bendice.

¡Rezad, Rezad, Rezad!

Nuestra Señora Estaba Vestida De Blanco Con Un Manto Celestial, Sobre Su Cabeza Llevaba Una Corona De Doce Estrellas, Y Bajo Sus Pies Había Un Lago Celestial Adornado Con Rosas Blancas.

Origen: ➥ www.MadonnaDellaRoccia.com

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